Mamás solteras: ¿seres valientes, superpoderosas, o más bien bendecidas?
Siempre que escuché esta frase sentí curiosidad y al mismo tiempo mucho temor de que me pasara. Como ya he dicho antes, haber sido criada en una familia conservadora, deja sus “marcas”… Acepto inclusive que sin querer queriendo, como dicen… fui creyendo todas las etiquetas y prejuicios acerca de las decisiones que toman las demás personas.
El tiempo, la vida o simplemente la madurez me hicieron abrir la mente. Aquí es donde la Psicología tejió un poco en mis pensamientos y me ayudó a equilibrar la balanza, a no juzgar, a escuchar y sobre todo a empatizar. Ya cuando me tocó a mí… y para los que han leído mis otros artículos entenderán que me rehusé a creerlo y ¿el proceso de aceptación? ese creo que madurará con el tiempo también.
Fue pasando el tiempo… Rafael crecía dentro de mí, cambios y más cambios. Recibí muchas preguntas ¿Embarazada? ¿Te casaste? ¿Cómo reaccionó el papá? ¿De quién es ah? ¿Cómo así? Y pensaba…realmente esto pasaba, las personas en su afán de encontrar información, puede preguntar cualquier cosa sin medir el impacto de sus palabras.
Todo esto, me hizo querer luchar internamente y querer distanciarme de la etiqueta, para luego preguntarme: ¿Por qué tenemos que llamarnos mamás solteras? ¿Es acaso la maternidad digna de ser asociada con un estado civil? ¿No tener pareja y ser madre, guardan alguna relación?
Con el paso del tiempo simplemente entendí que por donde vayas las personas hablarán, y juzgarán, porque es a lo que estamos mal acostumbrados. Quienes podemos armar la diferencia aquí somos nosotras.
Somos madres por decisión, somos reales, enfrentamos lo que todas, pero en ocasiones la tenemos solamente un poco más difícil. ¡Tú sigue en la lucha! La gente seguirá hablando… solo vive. Todas queremos un mundo mejor para nuestros pequeños, ¿por qué no hacerlo juntas?
Hoy que soy madre y sí soltera… reafirmo mi frase inicial, pero ya no a modo de pregunta.
Somos sí ciertamente seres superpoderosos, valientes y mucho. Nadie dijo que fuera fácil ¿y saben? para ninguna madre lo es. Así que tratemos de que la próxima vez que veamos una madre sola con su pequeñ@ en crisis o desordenada por mil cosas en las que tiene que pensar además de tu mirada juzgándola, acaricia su malestar y ayúdanos con una sonrisa que sin hablar, diga: “Te entiendo, nadie dijo que fuera fácil.” Todas necesitamos un: “Lo estás haciendo bien”